Haiman El Troudi: La esquina de Ferrenquín y la tradición gallega en Caracas

La Candelaria, una de las parroquias del Municipio Libertador del Distrito Capital de Venezuela y una de las más cercanas al centro histórico caraqueño, es uno de los sitios del país que sufrió mayores transformaciones en el ámbito urbano-arquitectónico, siendo una zona de clase media comercial, donde se encuentran importantes edificios y oficinas gubernamentales y sedes de los principales bancos nacionales.

Uno de sus espacios emblemáticos es la esquina de Ferrenquín que debió su nombre a un personaje popular con este apellido, quien vivió en este lugar en el siglo XVIII, en el momento de mayor desenvolvimiento del barrio de la Candelaria, desarrollo que lo elevó a parroquia en 1750.

El señor Ferrenquín poseía un circo en el que se realizaban corridas de toros y actividades relacionadas con la fiesta brava. Para ese momento, esa esquina fue conocida como circo Ño Ferrenquín, dueño también del Hipódromo que, paradójicamente, no poseía caballos.

El circo surge para la presentación de espectáculos como las corridas de toros, tradición de arraigo popular desde los tiempos de la colonia y realizada generalmente para agasajar a las autoridades civiles y religiosas.

También, en Ferrenquín estuvo una de las famosas panaderías de finales del Siglo XIX, que fabricaban pan con harinas procedentes de la molienda de los cereales locales y la utilización de levadura de calidad y hornos de leña que hacen de los panes gallegos productos de calidad.

Variedad elaborada de manera artesanal que puede mantenerse fresca durante mucho tiempo, una exquisitez usual en las mesas caraqueñas.

Además de la panadería, existió el restaurante Ferrenquín de siete hermanos gallegos entre la década de 50 y 60. Las iguarias servidas, igual que las de la panadería, representaban la gastronómica española.

Estos eran espacios concurridos por los inmigrantes gallegos por su caldo y cocido gallego como por las iguarias que importaban, como su famoso pulpo y los calamares, entre los frutos del mar, para matar la nostalgia de su terruño en la Península Ibérica.

Haiman El Troudi señala que la emigración gallega ha sido una de las migraciones europeas más importantes en Venezuela, especialmente durante la década del cincuenta del siglo XX, hombre y mujeres que revelaban en el cotidiano caraqueño la progenitora Galicia.

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