Haiman El Troudi: La esquina de Maderero, por la madera y el teatro

Haiman El Troudi: La esquina de Maderero, por la madera y el teatro
La esquina de Maderero debe su nombre a la madera, pues esta ha sido un sitio donde siempre han existido grandes depósitos de madera, aserraderos y carpinterías que aún subsisten en la actualidad.

Además de la existencia de los aserraderos de fama, en aquel lugar también existió el Teatro del Maderero, el primer teatro popular de Caracas y sin duda el que dio mayor notoriedad a la esquina de Maderero. 

Más tarde denominado Teatro Caracas y luego llamado Teatro de la Zarzuela con gran tradición lírica.

En esta esquina se construyo una especie de corral, el viejo Teatro del Maderero, constituido por cuatro paredes y una plataforma en colores fuertes y brillantes en él se representaron las piezas denominadas de Jerusalenes y Nacimientos, en el tiempo de la colonia.

Haiman El Troudi: La esquina de Maderero, por la madera y el teatro
Una de las curiosidades de este popular teatro fue la introducción de la iluminación específicamente del escenario con pequeños recipientes con una mecha en el interior que se alimentaba con grasa animal y emitía largas columnas de humo. 

Este primitivo tipo de lámpara denominada candilejas se colocaba al borde del escenario, a los pies de los actores creando una cortina de luz entre la escena y la platea, invisible para el público, recurso que aun hoy se utiliza.

Otra interesante particularidad de la dinámica del teatro era que los artistas fuesen reclutados de entre la gente del mercado y comercios, quienes improvisaban el libreto porque no tenían tiempo para estudiarlo y porque, en su mayoría, eran analfabetos.

Haiman El Troudi: La esquina de Maderero, por la madera y el teatro
Haiman El Troudi - Teatro Nacional de Caracas
Aún, otra peculiaridad es que cerca del teatro estaba la actual quebrada Caroata, que en la actualidad corre agua, en gran parte, embaulada por debajo de la urbanización el Silencio y el casco central de la ciudad de Caracas, que nace en Catia y desemboca en el Guaire frente a la urbanización El Paraíso, fuerza natural, que en algunas ocasiones, arrastró todo cuanto encontró por delante incluyendo las frágiles paredes del famoso teatro popular.

Esquina de Maderero, lugar del encuentro de las artes, el comercio y el deleite, entre la venta de la chicha y maní tostado, todos iluminados por el farol de cuatro vidrios con una vela de sebo. 

Haiman El Troudi señala que para ese entonces, en la ciudad no habían diversiones, excepto cuando se levantaba el telón del Teatro del Maderero y se oían las estrofas improvisadas del artista también improvisado.


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