Haiman El Troudi: La densidad de la población urbana y su extinción, datos contrastantes

Más de la mitad de las personas de todo el mundo viven en zonas urbanas, una proporción que crece vertiginosamente. Lo urbano es relativo a la alta densidad de población que coexiste con viviendas verticales y colectivas, pocos espacios verdes y una infraestructura de transportes y comunicaciones, además de todo tipo de servicio.

Ejemplo de la densidad de población urbana es la Ciudad amurallada de Kowloon, perteneciente a la colonización inglesa de Hong Kong. 

Edificación curiosa hasta su demolición en 1993, sustituida en 1994 por un parque en el terreno que ocupaba. Llegó a tener una población superior a los 50.000 habitantes, o sea la mayor densidad de población del planeta con 1.900.000 habitantes por km².

En el planeta, ya somos siete mil millones de habitantes, y las proyecciones indican un su aumento exponencial, una previsión de que se duplique en el 2050.

Con este aumento de la densidad de población surgen diversas consecuencias, especialmente, el cambio climático. La alta densidad de población urbana aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero, según el informe de Ciudades y Cambio Climático: Informe Mundial sobre los Asentamientos Humanos, 2011. Además del efecto que provoca el cemento, por la que es compuesta una zona urbana que eleva la temperatura y exige mayor demanda de energía.

Según diversas divulgaciones de estudios científicos,  los últimos años revelan que las principales amenazas incluyen el aumento de las tormentas y lluvias torrenciales, o sea que sus impactos sean severos, especialmente, en las costas bajas donde se establecieron grandes ciudades; como es el caso del continente asiático. 

Lluvias que provoquen inundaciones a la par de la sequía que está aumentando porque las temperaturas son cada vez más altas, causando un alto grado de evaporación.

Las temperaturas de la superficie del mar se elevan, calientan los océanos de poca profundidad y provocan la extinción de especies marinas.

En consecuencia, las cosechas disminuyen, lo que causa la baja en la productividad agrícola de todo el mundo y que podría conducir a la extinción de alimentos con muchas implicaciones sociales a una población con cada vez mayor densidad.

Haiman El Troudi resalta que, el aumento de la densidad de la población urbana y el cambio climático se relacionan intrínsecamente para contrastar con la amenaza de la extinción.

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