Haiman El Troudi: Esquina de la Bolsa, esquina del dinero o de Boiza
Rezan los relatos, que el posible origen del nombre de la Esquina de la Bolsa sea por el hecho de que en esa esquina, en 1542, residía la biznieta de Don Diego de Boiza, encargado de la Gobernación de la Provincia de Venezuela, en la actualidad Venezuela y Colombia, surgiendo el término “La Bolsa” que proviene de la descomposición del apellido “Boiza”.
Apellido de un linaje español, que según su escudo heráldico familiar, muestra que pertenecieron a órdenes militares de caballería.
Otro fue en 1856, cuando La Bolsa pasa a llamarse de Mercaderes; aún otra, en 1870, cuando Don Emilio Roche instala una sastrería, que con el tiempo se convirtió en “peña elegante” exclusivo para determinadas personas de la época.
Otras importantes actividades que se realizaron en el tiempo en esta esquina fueron: en 1881, se construyo el Palacio de las Exposiciones que hoy se conoce como Palacio de las Academias; en 1883, el general José Antonio Páez instaló la Oficina de Anotación de Hipotecas; también, en ese lugar se estableció la casa del Cantón Caracas; y en 1888, Juan Pablo Rojas Paúl decretó el mismo palacio como Academia de la Historia.
Haiman El Troudi señala que, a pesar de las divergencias relativas al origen del nombre de esta esquina, se puede inferir que esta promovió, debido a las negociaciones y transacciones realizadas en la misma, un gran impulso al desarrollo financiero de la Caracas de la época, de allí que fuese uno de los sitios más concurridos por su elegancia y prestigio.
Apellido de un linaje español, que según su escudo heráldico familiar, muestra que pertenecieron a órdenes militares de caballería.
No obstante, existen otras versiones que aseguran que en esa esquina se estableció el capitán español García González de Silva, donde el gobierno descubrió la acuñación de monedas de platas llamadas “Fable”. Tiempo después se establece allí mismo el acaudalado Barón de Corvaia, un negociante prestamista de dinero visitado por el Presidente Guzmán y demás políticos de la época con frecuencia para sus operaciones de negocios, por lo que la oficina obtuvo el nombre de la “Bolsa de Caracas”, prestamista que facilitaba dinero cobrando altos intereses.
Otra nombre que exhibió, desde 1725, fue el de “esquina de Camacho” porque allí tenía sus casas don Francisco Pérez Camacho, profesor de música de la Real y Pontificia Universidad de Caracas, donde se reunían los alumnos del músico colonial.
Otro fue en 1856, cuando La Bolsa pasa a llamarse de Mercaderes; aún otra, en 1870, cuando Don Emilio Roche instala una sastrería, que con el tiempo se convirtió en “peña elegante” exclusivo para determinadas personas de la época.
Otras importantes actividades que se realizaron en el tiempo en esta esquina fueron: en 1881, se construyo el Palacio de las Exposiciones que hoy se conoce como Palacio de las Academias; en 1883, el general José Antonio Páez instaló la Oficina de Anotación de Hipotecas; también, en ese lugar se estableció la casa del Cantón Caracas; y en 1888, Juan Pablo Rojas Paúl decretó el mismo palacio como Academia de la Historia.
Haiman El Troudi señala que, a pesar de las divergencias relativas al origen del nombre de esta esquina, se puede inferir que esta promovió, debido a las negociaciones y transacciones realizadas en la misma, un gran impulso al desarrollo financiero de la Caracas de la época, de allí que fuese uno de los sitios más concurridos por su elegancia y prestigio.
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